miércoles, 20 de mayo de 2015

¡Menudo cambio!


Otra de las actividades que hemos hecho durante el curso ha sido "la transformación radical" de una muñeca. 

A través de esta actividad pretendemos mostrar la realidad tal y como es. Además de romper con los modelos que la sociedad establece, los cuales aunque muchas veces no seamos conscientes de ello, ejercen gran influencia en nuestra forma de percibir el mundo y en nuestra conducta.


¡OS PRESENTO A MI MUÑECA! 

La fotografía de la izquierda se trata del "antes" de la transformación, ¿Qué mensaje crees que transmite a los niños esta muñeca? ¿Crees que es adecuado? A mi sinceramente, me parece que está llena de estereotipos: delgada,maquillaje, minifalda, tacones... y que transmite una visión superficial y poco realista. 

La fotografía de la derecha, aunque no lo parezca ¡es la misma muñeca! 

¿Cual de las dos se aproxima más a las características reales de una niña o de una adolescente? 




ESTOS HAN SIDO LOS PASOS QUE HE LLEVADO A CABO PARA CONVERTIR A MI MUÑECA EN UNA NIÑA REAL: 


  • En primer lugar, con la ayuda de este patrón elaboré un vestido para mi muñeca, utilizando un pedacito de tela de una antigua mochila.
     


  • Luego corté la larga melena de mi muñeca. No sé qué pensaréis vosotros, pero en mi opinión está mucho más guapa así: 



  • En tercer lugar, borré con ayuda de quitaesmalte y un algodón, el maquillaje de la muñeca. (He perdido la foto en la que aparecía con la cara borrada, pero he de destacar que la pintura no se quitaba muy bien y quedaron algunos restos) 
  •  Posteriormente, llegó el momento de dibujar la cara a la muñeca. Para hacer los ojos utilicé pintauñas de color blanco. Cuando se secó, dibuje la pupila de sus ojos con un rotulador permanente. Luego, dibujé sus cejas: 


  • Para que fuera más realista, decidí pintarla con un pintauñas rosa clarito pequeños puntitos a modo de manchas y granitos: 



  • Con ayuda de un palillo pinté de manera muy discreta, los labios de mi muñeca: 



  • Por último, realicé con plastilina unos zapatos, sin tacón, por supuesto. 


Ahora es tu turno, ¡elige entre realidad o ficción!



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