Por eso, cuando vi por una red social el cuadro interpretado por una niña de primaria (según ponía de 8-9 años), no pude evitar hacer una captura de pantalla para mostrarla en el blog. En el dibujo podemos apreciar colores llamativos y muy vivos y siluetas alegres y felices (como el sol que sonríe) en contraposición de las imágenes del cuadro original que reflejan terror, dolor y angustia. Es, para mí, el reflejo de la inocencia de una niña que afortunadamente aún no conoce la maldad que puede tener el ser humano.
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